Ahora cambiamos de tercio y nos vamos hacia Andorra. Este pequeño país que, valga el tópico, encierra grandes y maravillosas sorpresas.
Además de Andorra La Vella, que es la capital comercial del país, hay recónditos tesoros. Aquí van unos apuntes:
Valle de Ordino:
Paisaje del Valle de Ordino
Para los amantes de la naturaleza, deportes al aire libre, esquí, etc., esta zona que va desde la Massana hasta el pueblecito de El Serrat, también llamada “Los valles silenciosos” , empieza lo que realmente vale la pena del Principado de Andorra. La belleza del paisaje, junto con su patrimonio cultural y arquitectónico, muestran la esencia de este país cercano y con mucho potencial natural.
Sant Cristòfol de Anyós
Empezamos en la parroquia de La Massana, donde podemos admirar desde Sispony la iglesia de Sant Cristòfol que se alza majestuosa, sobre un promontorio, en lo alto de Anyós. En el pueblecito de Sispony, encontraremos casas restauradas de piedra y pizarra, entre las que destaca la iglesia parroquial de San Joan.
De nuevo en la carretera, nos vamos hacia Pal, donde nos encontramos un remoto y típico pueblo del Pirineo, con casas medievales y pajares soleados. Admiramos la iglesia de Sant Climent, pues sobresale entre todas las construcciones su magnífica torre de estilo románico lombardo. Los orígenes de la iglesia son del S. XII.